jueves, 26 de marzo de 2009

Los cotos de caza dan la voz de alarma ante el continuo descenso de las licencias

Cierta sombra de preocupación se puede vislumbrar en las caras de los cazadores en los últimos tiempos. No sólo porque esta temporada no ha sido demasiado buena o porque algunas especies hace tiempo que pasan de forma anecdótica por la provincia, sino sobre todo porque la afición se pierde y cada vez son menos los cazadores que salen al monte.

Así las cosas, la Asociación de Cotos de Caza de Álava (ACCA) calcula que en los últimos quince años aproximadamente se habrán dado de baja cerca de un 40% de licencias. "En 1995 estarían registrados unas 13.000 y actualmente rondan las 8.000", explica el técnico Florencio Markina.

Los últimos datos recopilados por la Diputación, encargada de tramitar estos permisos, confirman estos datos y señalan que el año pasado eran exactamente 7.450 las personas autorizadas a cazar, mientras que hace apenas un lustro llegaban a las 8.188.

Aunque no se puede señalar directamente a una sola causa como la responsable de esta realidad, la falta de relevo generacional es el principal mal que afecta a la actividad. "La media de edad es alta y la gente que lleva años cazando se va retirando. Falta incorporación de gente joven", reclama Ibon Telletxea, otro de los técnicos de ACCA.

Esta falta de nuevos cazadores se debe a diversas causas, según este experto. En primer lugar, al abandono del ámbito rural que ha llevado a que la gente conozca menos el campo y sienta menos necesidad de estar cerca de él. "Antes se conocía desde pequeño el mundo de la caza, pero ahora nacen en la ciudad y no les atrae", lamenta Ibon. Otra de las grandes razones es el aspecto económico.

Esta afición no resulta precisamente barata. Los permisos no cuestan demasiado dinero pero la cuota de los cotos de caza ha subido mucho de unos años a esta parte y se puede llegar a pagar entre 200 y 3.000 euros, según la reserva y las condiciones cinegéticas que ofrezca el lugar. Eso sin contar las armas y, en determinados casos, los perros entrenados para la actividad. Y, por último, los trámites burocráticos, que obligan a llevar a cabo varios pasos antes de poder ir a cazar realmente. En primer lugar, hay que prepararse un examen en el que se estudian, entre otros, conceptos de legislación y biología de las especies para poder conseguir la licencia. En segundo lugar, también hay que realizar una prueba para conseguir el permiso de armas.

MÁS DIFÍCIL Y CARO
En definitiva, un cúmulo de circunstancias que se han unido para que los cazadores sean cada vez menos. "Antes era más sencillo, más barato y lo mamabas más desde joven", resumen Ibon. Lo peor son las consecuencias que tendrá esta realidad si se confirma la continuidad de esta tendencia. Precisamente a ACCA el futuro es lo que más le inquieta ya que asegura que, con las personas que se dedican a esto en la actualidad, todavía se puede contribuir a un buen control de las especies cinegéticas. Esto no podría asegurarse si esta tendencia bajista continúa. Y es que es fundamental una buen gestión, sobre todo, de la caza mayor -jabalí, corzo y ciervo- ya que factores como el aumento de la superficie forestal, la despoblación del medio rural o la escasez de depredadores naturales están originando un constante crecimiento de estas poblaciones.

"Sí es preocupante que no hay incorporaciones, no sólo porque como amantes de la actividad sería una pena perderla, sino también porque, además, cómo se van a controlar ciertas especies", concluye Ibon Telletxea. Una situación que puede llevar a que suceda como en otros puntos del continente donde se han tenido que habilitar patrullas de especialistas para manejar la fauna. "Esto no es algo puntual de Álava. Está pasando en toda Europa porque, además, la caza está muy mal vista. Es una cuestión de educación que la gente acabe entendiendo la caza como algo natural, igual que ir a coger perretxikos. Es un aprovechamiento más de la naturaleza que también sirve para controlar", señala el técnico de ACCA. Ahora sólo falta que la gente se anime a probarlo.

Fuente: Diario de Noticias (Álava)

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