Los cazadores vascos intentan recuperar la contrapasa, una modalidad tradicional que se practicaba en el País Vasco desde la Edad Media y que fue suprimida en 2005 en Gipuzkoa y dos años después en Bizkaia. La Asociación para la Defensa de los Cazadores y Pescadores Adecap, que junto a las federaciones ha recogido 17.500 firmas de apoyo ve un posible resquicio legal para poder continuar con esta tradición.
Según el presidente de la Federación Vizcaína de Caza y miembro de Adecap, Jon Andoni Bengoetxea, la Directiva de Aves europea, que prohíbe la contrapasa, admite algunas excepciones que se aplican en distintos países europeos. Merced a ellas, hay periodos en que se autoriza a capturar determinadas especies, compatibilizando su protección con el disfrute de los aficionados a la actividad cinegética.
La sentencia del Tribunal Supremo que cerraba definitivamente las puertas a la práctica de la contrapasa establecía, según Bengoetxea, que la caza en pasa era una “solución satisfactoria” y, en definitiva, suficiente.
SOLUCIÓN NO SATISFACTORIA
Pero al tratarse de una migratoria atraviesa la Comunidad Autónoma y Navarra en su camino hacia el Sur y a veces apenas es divisada por los cazadores durante casi toda la temporada como ocurrió el año pasado. Y, como mucho, los aficionados disfrutan durante diez días por año de una presencia apreciable de esta especie.
“Aquí no podemos cazar con regularidad, pero en los cotos del sur peninsular es posible hacerlo todos los días si pagas, y se pueden capturar en una jornada tantas palomas como aquí en toda la contrapasa. Sufrimos un agravio comparativo. Si se quedaran en Euskadi todo el invierno sí sería una solución satisfactoria, como dice la sentencia, pero esto no ocurre”, matiza Bengoetxea.
MODALIDAD TRADICIONAL
Además, se pretende armonizar la Directiva de Aves, “de modo que las excepciones a la caza de especies beneficie a todos los cazadores europeos”. Adecap cree que la contrapasa “tiene perfecta cabida dentro de las especificidades que la norma contempla”.
Los cazadores necesitan canalizar su petición a través de una organización política y cuentan con el apoyo del PNV, que “siempre ha mostrado permeabilidad a nuestras demandas”.
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