Las palomas inundan estos días nuestros cielos gracias al viento peninsular dominante en las últimas fechas. Los cazadores de pase están de enhorabuena hasta el domingo.
Seguimos con este cuaderno de bitácora de lo que está siendo la campaña de migradoras este otoño. Tras un sábado de vientos cambiantes del sur y sin pájaros, el domingo el agua, en forma de lluvia, niebla y chaparrones, volvió a frustrar todas las expectativas. Sólo se salvaron algunos afortunados contados que con sus perros volvieron a desafiar la lógica y consiguieron abatir la primera becada. Y es que la abultada llegada de zorzales en la semana pasada invitaba a pensar en toparse con las primeras sordas.
Para los cazadores de pase, la semana se presentaba más que esperanzadora; a sabiendas de que toda la paloma estaba aún por pasar y con anunciados vientos del sur. Y los pronósticos se cumplieron. Si el lunes a mediodía saltaron las primeras alarmas tras verse algunos bandos asomando por la costa guipuzcoana, los mejores presagios quedaban emplazados para el martes. Ya por la noche muchos zorzales se dejaron sentir a distancia. En internet, el mejor termómetro palomero de lo que sucede en Iparralde reflejaba la noche del lunes movimientos de torcaces: 188.000 palomas contadas en Arnegi, 153.000 en Banka, 84.500 en Sara y 5.800 en Urruña. La puerta de los grandes bandos comenzaba a abrirse. El martes una rociada sorprendió al amanecer, con un incesante canto de malvices. Si en las zonas de costa hubo unas capturas, en varios pasos de interior de cierto renombre, los zorzales desaparecieron literalmente con las primeras luces. Sólo algunas de estas aves rezagadas permitieron unas capturas más bien escasas.
Azules
En cambio, con las palomas se fue de menos a más. Cielos abiertos en la costa y en el interior; viento sur y las primeras cuadrillas de aves azuladas comenzaban a provocar los traqueteos en las líneas del interior. Seguramente las rezagadas del lunes que no quisieron seguir volando a oscuras. Poco después de las diez de la mañana comenzaban a sonar los móviles allí donde hay cobertura, que en las líneas de paso muchas veces no llega, delatando el incesante goteo de bandos por las costas de Bizkaia y de Gipuzkoa, con algún bando inmenso que incluso alcanzó a salir en el Teleberri del mediodía. Un espectáculo de agradecer para la vista porque, además de los bandos de palomas, a su vera suelen ir miles y miles de ejemplares de pájaros de todos los tipos y tamaños, la gran mayoría no cazables, pero que muestran el fenómeno de la migración en todo su esplendor en cientos de especies distintas.
Volviendo a las líneas de puestos, el martes las hubo que no descansaron prácticamente en toda la jornada, sobre todo en las de interior, mientras que en otras costeras según llegaba la tarde se constataba que los bandos seguían pasando, pero cada vez a mayor altura, muy lejos del alcance de las escopetas. Ese martes por la noche, sólo en Urruña sumaban 458.000 palomas avistadas, muy por encima de los otros tres puntos, que entre todos no sumaban 40.000 pájaros, llegando a totalizar más de un millón de palomas vistas ese día.
Pero aún quedaban y quedan efectivos por pasar. Ayer mismo se vieron bandos a gran altura a primera hora y luego de forma menos abultada. El año pasado, el número de ejemplares sumados en los collados de Iparralde rondaba los dos millones y medio, así que durante estos días de viento sur seguramente nuevos contingentes de torcaces sobrevolarán nuestros cielos en busca del centro, sur y especialmente suroeste peninsular. Hasta el domingo, en el que está previsto que cambien las condiciones climatológicas, todo apunta a que seguirá el espectáculo de los bandos de aves azuladas. Los cazadores de pase están de enhorabuena en estos días.
J.ATXA
Fuente: DEIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario