jueves, 5 de noviembre de 2009

A por la segunda pasada

Tras la abundancia del último martes de octubre, el paso de aves azuladas ha sido testimonial El temporal del Atlántico con vientos del oeste y nordeste es el más temido por los palomeros.


El último martes de octubre permanecerá aún durante días en la retina de los cazadores que pudieron acudir a los puestos de pase en Bizkaia y Gipuzkoa. Aunque a gran altura, muchos bandos de palomas nos sobrevolaron durante toda la jornada, primero por las zonas de costa y luego por los pasos de interior, donde, según los sitios, propiciaron buenas capturas. El resto de la semana flojeó en la llegada de aves, exceptuando la entrada de zorzales por la costa, muchos de ellos alirrojos el pasado viernes 30 de octubre. Por el contrario, el sábado y domingo el paso de aves azuladas fue testimonial, la tónica que está perdurando en esta primera semana de noviembre.

En cuanto a los conteos realizados desde www.palombe.com, las estadísticas casi se han parado estos días de atrás, y tiene mucho que ver las condiciones climatológicas y con el temporal que nos llega desde el Atlántico con vientos del oeste y nordeste, los más temidos por los palomeros en cuanto a la anulación del movimiento de estos pájaros.

El lunes se avistaron 39.320 palomas con cielo despejado, muy poco a estas alturas del calendario, y el martes, con las lluvias, los casilleros de Arnegi, Banka, Sara y Urruña se llenaron de ceros, una previsión que puede continuar en los próximos días y que todo apunta a que no remontará al parecer hasta finales de la próxima semana.

Expectativas
En esta tregua de la fiebre azul provocada por la climatología, son muchas aún las expectativas restantes en lo que a las torcaces respecta. Hasta el pasado lunes se cifraban en 1.237.214 palomas las avistadas en Iparralde, con 161.338 aves de regreso a sus cuarteles de Las Landas.

Así que la cuenta de los más optimistas sería que sólo han pasado al sur peninsular poco más de un millón de palomas. Si como casi todo el mundo dice, aún a falta de estudios serios y completos a nivel europeo y continental, que la paloma torcaz va a más, y se miran los datos de los collados vascos del año pasado en los que se vieron 2.208.369 palomas, todavía quedarían al menos otras tantas por sobrevolarnos.

Pero si se mira a 2007 y 2006 estas mismas cifras anuales de conteos bajan sus medias hasta poco más del millón y medio de palomas, en concreto 1.643.274 hace dos años y 1.520.491 hace tres. Por el contrario, en 2005 fue el año de mayor paso de aves, marcando el techo de las 2.477.468 palomas sumadas desde Arnegi, Banka, Sara y Urruña, y muy cerca de los dos millones en 2004, con 1.820.180 pájaros. Así que las cifras pueden generar comentarios y expectativas para todos los gustos.

Y quien quiera ir más atrás en el tiempo, entre 1999 y 2003 había un lugar más de conteos, en Irati, y el techo de cifras de pájaros avistados desde los cinco lugares se puso hace justo diez años, en 1999 con 2.787.626 ejemplares.

Mientras persisten las lluvias y los vientos del noroeste, que si cambian a norte facilitarán la llegada de zorzales para los cazadores de pase, la becada sigue llegando poco a poco hasta nuestros bosques, creciendo paulatinamente los levantes y las primeras capturas, especialmente en las denominadas zonas de entrada y en lugares altos, ya que aún la mayoría de sordas no se ha aquerenciado para pasar el invierno. Se trata de otra modalidad de caza bien distinta a la de palomas y zorzales en puesto, y son muchos los que declinan a partir de estas fechas subir a los puestos para encarar con sus perros los bosques en busca de las primeras ollagorras, otra ave migradora si cabe tan o más esperada que la de las palomas. Una más que difícil elección durante los próximos días para los muchos que gustan de practicar ambas modalidades de caza.
J.ATXA
Fuente: DEIA

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