J.A.SARASKETA
Suele decir mi admirado y buen amigo Miguel Delibes que el español empecinado en una postura suele mostrarse recalcitrante. No es que no haga caso de los argumentos de su oponente si no que ni siquiera lo escucha. Para él, esa pretensión de ser simultáneamente cazador y protector del medio natural es sencillamente irrisoria, cuando en realidad, tal contradicción no es sino aparente.
Obviamente no seré yo quien ponga en entredicho las aseveraciones del maestro, todo lo contrario. Es más, después de 20 años de cierta experiencia defendiendo los derechos de cazadores y pescadores no puedo más que corroborar todo lo que el maestro nos transmite.
Ante el ecologismo radical, no vale argumento alguno por justificado y documentado que esté. Miren, puedo entender que haya personas sensibles con la muerte de los animales, pero de ahí a declarar la igualdad de derechos entre los animales y las personas dista todo un mundo.
Guste o no, el hombre es el centro de todas las cosas y los animales dentro de unos parámetros de racionalidad deben estar al servicio del hombre y no a la inversa.
Evidentemente el movimiento ecologista tiene su lógica cuando se identifica con el sentimiento de
anticipación con el que nació para advertir al mundo de los peligros del desarrollo si es incontrolado, si destruye los recursos naturales o si altera la vida de la tierra.
Pero qué poco se sabe de esos que se agrupan en nuevas asociaciones próximas al ecologismo mal entendido, fruto de un fundamentalismo desbocado. Afortunadamente observo en internet un fuerte movimiento de jóvenes cazadores que no están dispuestos a dejarse humillar y pisotear. Bien está lo que bien se hace. Cada cual en su casa y Dios en la de todos.
No conozco de momento cazadores que hayan reventado manifestación alguna de estos grupos. Igual es que al ser pocos no las hacen, vaya usted a saber. Así que el que quiera imponer su voluntad a base de insultos ya saben donde tienen que dirigirse, al Congreso de los Diputados, a las distintas instancias donde los ciudadanos pueden dirimir estas cuestiones o al Palacio de Justicia, de lo contrario, malo para todos.
Pues eso, que a cazar se aprende cazando y la veteranía es un grado, pero para defender los derechos de los cazadores en este momento me quedo con la ilusión y la fuerza de los jóvenes cazadores.
Fuente: El Correo
1 comentario:
Sarasketa, los jovenes cazadores estamos contigo, con ADECAP y con las federaciones.
Los escopeteros no estan con nadie, estan condenados a desaparecer.
EL MOVIMIENTO PRO-CAZA ES IMPARABLE!!
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