Camille, el viejo oso autóctono que desde hace diez años campa por Navarra, habría tenido compañía, dentro de los límites forales, durante los primeros meses del verano.
Técnicos del departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente han detectado, por primera vez desde el asentamiento de Camille, huellas de un segundo oso en la zona del Roncal. Su mayor tamaño hace presuponer que se trata de Neré, un animal nacido en el Pirineo pero de origen esloveno y padre, a su vez, del osezno que quedó huérfano tras ser abatida por un cazador francés la última osa autóctona de este territorio. La presencia del oso se detectó a finales de junio pasado. Fue el día 23 cuando en el paraje de Maze, en Isaba, se descubrieron huellas que se cotejaron con la ayuda de las autoridades aragonesas. A partir de ese momento fueron varias las incursiones del mamífero, las últimas en la segunda quincena de julio. Llegó hasta Eskilzara, en el área situada entre el refugio de montaña de Belagua y la reserva de Larra. En la actualidad, sin embargo, se estima que ya ha vuelto a su zona habitual en el valle de Hecho y en la vertiente francesa de los Pirineos. Desde Medio Ambiente destacan que en sus visitas no se han detectado ataques a los rebaños de la zona. Hasta la fecha, en el Pirineo navarro, el terreno de Camille, apenas se habían registrado incursiones esporádicas de Aspe Oeste, otro macho pirenaico establecido en Aragón. Los osos, según los describen los expertos, son «animales territoriales» que no conviven entre sí. De hecho, durante sus «visitas a Navarra» Neré no habría interferido en el área de influencia de Camille. Sin embargo, sus largas caminatas, que pueden llegar a los diez kilómetros en un día, amplían su territorio «sin distinguir fronteras». Camille sigue atacando La última imagen ofrecida, hace unos meses, de un Camille enfermo de sarna hizo presagiar que podría encontrarse ante sus últimos años de vida. Sin embargo, a lo largo de este verano, y mientras ha compartido suelo navarro con Neré, se han registrado tres ataques que los técnicos atribuyen al veterano animal pirenaico. Todos los indicios llevan a pensar que a sus 25 años la edad máxima que alcanza un oso en libertad, y con 125 kilos de peso, ha continuado con su rutina y sus hábitos alimentarios. Las huellas encontradas en los lugares de los ataques, producidos entre julio y agosto de este año, evidencian que se trata de Camille. «Las de Neré son de mayor tamaño», apuntan desde Medio Ambiente. Sobre su salud y sus achaques «no hay más novedad que la propia de su edad». En el Pirineo occidental conviven tres osos autóctonos. Al citado Camille, un macho de unos 25 años y 125 kilos de peso, raza pirenaica y establecido en Roncal, se unen Aspe Oeste y Cannellito. Aspe Oeste es otro macho de raza pirenaica afincado en la zona oeste de los Pirineos aragoneses aunque, puntualmente, se ha detectado su presencia en Navarra, al igual que la de Neré. Por último, Cannellito apenas tiene cuatro años y medio de edad. Una familia de tres Cannellito es el hijo de Canelle, la osa pirenaica abatida por un cazador francés en noviembre de 2004, y de Neré. Actualmente se encuentra en la zona francesa de los Pirineos Occidentales. Los orígenes de Neré apuntan a tierras lejanas. De padres eslovenos, este gran mamífero nació en el Pirineo, ya que sus progenitores fueron traslados hasta allí para salvar de la extinción al oso pirenaico. En sus primeros años, Neré se trasladó desde Cataluña hasta la zona occidental. Con dos metros de altura, ya adulto, «conquistó» a Canelle, la última osa autóctona de la zona y con la que tuvo, al año siguiente a Canellito.
Fuente: Diario Vasco
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