martes, 9 de septiembre de 2008

Los cazadores protestan en Etxalar en la puja de las palomeras

La subasta de puestos de caza de palomas del monte Iarmendi, en Etxalar, reveló el sábado el clima de desentendimiento que prevalece entre cazadores y Ayuntamiento por las condiciones del entorno. Los primeros reclaman medidas al consistorio para preservar la visibilidad en puntos, afectados por la abundancia de árboles y ramas, que, a su entender, limitan la cobertura.
A su vez, el alcalde, Patxiku Irisarri Elizagoien se muestra favorable a conservar los árboles colocados a petición de los aficionados a la caza de paloma con red para preservar este arte tradicional. Como practicante de esta modalidad, el propio edil asegura que "si la paloma encuentra claros no baja". La hilera de árboles se alza entre la posición habitual de los "palomeros" y la línea reservada a los cazadores. Una representación de este colectivo ejemplificó su disconformidad con las condiciones actuales en la subasta del sábado, en la que 7 de los 22 puestos sacados a subasta quedaron desiertos. En la concesión de otros 16 no hubo puja. Se asignaron al precio de salida. El resultado de la sesión, concluida en apenas unos minutos, evidenció "la protesta" de los cazadores, como señala el alcalde. Si bien en 2006 y 2007 dos y tres puntos se declararon desiertos, respectivamente, nunca antes se había quedado un número tan elevado de puestos sin designación como este año, agrega. Con todo, recuerda que las adjudicaciones no son definitivas, debido a la vigencia del denominado "sexteo", por el cual cualquier aspirante puede abonar la sexta parte del valor de la concesión de una palomera y obligar a repetir su subasta. Los casos que se ajusten a esta posibilidad y aquellos pendientes de resolución compondrán una nueva puja en una segunda convocatoria, prevista para el día 16, a las siete de la tarde. El clima de desentendimiento del sábado era, por otro lado, esperado, a tenor de los dos escritos registrados en días anteriores en el consistorio. Uno de ellos llevaba la firma de la Sociedad de Cazadores de Etxalar, con la solicitud de una reunión para dar cuenta de su posicionamiento, como recordó ayer su presidente, Miguel Irigoyen Sanzberro, alcalde de la localidad entre 1987 y diciembre de 2005. La segunda nota, en este caso de demanda de medidas para asegurar la visibilidad de los puestos, fue suscrita por cazadores que habitúan a pujar por los puestos, y apoyada también por la propia sociedad local. Recuperar el equilibrio La interpretación de su presidente es que "durante un siglo ha existido un equilibrio entre los tres colectivos que coincidían en la zona: "palomeros", visitantes y cazadores". A su entender, ese clima de compatibilidad de aficiones se "ha visto alterado" por la colocación de árboles, que "perjudican a cazadores, "palomeros" y, sobre todo, a las arcas municipales". Tras el ejemplo del sábado, los posibles beneficios se pueden ver mermados a "una tercera parte", como precisa. Irigoyen es partidario también de que el consistorio arbitre medidas municipales para regular la situación. Según dice, unos 150 cazadores se turnan cada temporada en los 31 puestos disponibles -22 subastados, 6 cedidos a la sociedad y otros tres, con derecho del Ayuntamiento-. El actual alcalde, a su vez, apela a la tradición de la modalidad de caza con red para justificar la decisión de conservar los árboles. Según indica, "entre el 1 de octubre y el 20 de noviembre, un mínimo de 12 personas acude a diario a las palomeras. Además en cada punto hay otras dos".


Fuente: Diario de Navarra

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