viernes, 22 de enero de 2010

Días de fortuna

Como era previsible, las pasadas tormentas de nieve y frío que asolaron Europa trajeron a nuestras costas un gran contingente alado de migradoras. Son los mal llamados 'días de de fortuna', prohibidos por la ley para la practica de la caza.

Días de infortunio para los animales y de respeto para los cazadores. Se entiende como 'días de fortuna' aquellos en que, como consecuencia de incendios, epizootias, inundaciones, sequías, niebla cerrada y persistente, nevadas y otras causas similares, las piezas de caza se vean disminuidas o privadas de sus facultades normales de defensa, o obligadas a concentrarse en determinados lugares. Fortuna o no, los cazadores saben como nadie cuándo deben dejar de cazar. La caza no tiene razón de ser si los animales tienen mermadas sus defensas. Y eso es lo que han hecho, quedarse en casa durante las últimas nevadas.

Sin embargo, también es cierto que a algunos pocos eso de respetar la ley les suena a chino. Son unos mangantes, exhibicionistas a los que les gusta alardear de unas capturas que un niño cualquiera sería capaz de hacer en esas condiciones de abundancia e indefensión de los animales. Se dicen furtivos, como si tuviesen un grado más de experiencia y valentía que sus compañeros. ¡Pobres diablos! No son más que señoritos mal educados e irrespetuosos. Alguno incluso se permite hacer negocio vendiendo la caza, por cuatro perras que no les solucionan nada. No sé quién es más irresponsable, si el que peca por la paga o el que paga por pecar. Hoy no existe la figura del furtivo, aquel que antiguamente no tenía otra fuente de ingresos para mantener a la familia. De hecho, cuando era detenido y probaba en el juicio el 'estado de necesidad', la ley podía disculparle. No me gusta que cuatro oportunistas se arroguen esa titularidad de furtivos y mucho menos pongan en entredicho con sus desmanes a todo un colectivo respetuoso con la ley. Primero hay que cumplir y luego exigir. Es la única forma de avanzar. Trascienden más las tropelías de cuatro desvergonzados que la ejemplar labor de cientos de miles de cazadores respetuosos.
J.A.SARASKETA

Fuente: EL CORREO

1 comentario:

Txumari. dijo...

¿Quien le pone el cascabel al gato?

Analizando estas letras de Sarasketa me hago las siguientes preguntas:

¿Quien decide lo que son días de fortuna?
aqui dice mal llamados (¿?)
acaso no es un día de fortuna por ejemplo: en la falda de una montaña nevada luce el sol y la nieve queda unos métros más arriba, los jabalís bajan a buscar alimento juntándose en una zona en la que si no fuera por la nieve rára vez bajarían. ¿Se aceptaria como día de fortuna el ir a cazarlos, repito con buen tiempo?
¿desde donde hasta donde se delimitan legal y éticamente los días de fortuna?. Como veis puede tener muchas variantes y opiniones los famosos días.

Dice Sarasketa que los cazadores saben muy bien cuando no se debe salir, y por eso se han quedado en casa con las últimas nevadas. ¿conoceis a alguien que haya dicho: no salgais que hay nieve... ¿como decidiríais vosotros cuando salir con nieve, sino nos lo prohibieran? ¿cual es la cantidad de nieve, niebla o cualquier otra inclemencia que te haría quedarte en casa si tuvieras que decidir tú? Claro yo me quedo en casa pero los demás estiman que salen, pues al final salimos todos. Creo que sino fuera por las prohibiciones especiales por causas climatológicas esto sería un desmadre. Por lo que creo que alguien debe poner orden en esto, claro que luego no gusta a todos las medidas.
A mi tampoco me gusta cuando tiran a palomas en pleno verano en la única balsa existente en muchos kilómetros a la redonda, y donde las palomas se echan al no poder calmar su sed y a pesar de los tiros se tiran a morir por un trago de agua. Esto tambien es fortuna. Y tantas cosas más, pero lo que si creo que los días de fortuna existen apesar de que me había entrado la duda con el comentario de Sarasketa