domingo, 10 de enero de 2010

La misa de los cazadores

A los cazadores de nuevo cuño les sonará extraño el titular de este artículo. No en vano la misa de los cazadores no se celebra desde hace muchos años, por motivos que desconozco. Sin embargo, los que peinamos canas la hemos conocido en muchos pueblos, sobre todo de Castilla. Cazadores de todas las edades, escopeta al hombro y el perro a los pies, asistían a la misa del alba los domingos.

Era normal tener que callar al los perros cuando, al darse la vuelta el sacerdote, se dirigía en latín a los asistentes. Se seguía la misa con devoción, y es que el ambiente y la semioscuridad reinante, solamente iluminada por los cirios del altar y la velada luz de los ventanales, ayudaban al recogimiento.

Al salir de la iglesia se respiraba el aire puro de la madrugada, saturado de un tenue olor a tomillo y pan cocido de la panadería del pueblo. He conocido a varios curas, grandes cazadores, que una vez terminada la misa se remangaban la sotana en la cintura y salían a cazar. Me encantan los curas con sotana. Sin ir más lejos recuerdo el cura párroco de Axpe - Marzana, don Jesús Zabala, compañero de caza de los extraordinarios pelotaris hermanos Garcia Ariño, que solía poner a su setter la campanilla de la iglesia a modo de cencerro para la becada. Le faltaba tiempo para celebrar la misa del alba y salir pitando al monte con Isidro, el lechero, para que no se le adelantara ningún cazador en su 'coto' particular de las laderas del Amboto. Personajes y costumbres que dieron a la caza una bonita pincelada que añoramos.
J.A.SARASKETA

Fuente: EL CORREO

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