El Consejo Regional de Caza ha conseguido lo que ningún otro organismo o persona ha logrado hasta el momento: Unir a los cazadores. Un colectivo acostumbrado a la polémica, a los enfrentamientos dialécticos, a la discrepancia, ha hecho piña para oponerse a la Orden anual de caza para la temporada cinegética 2010-2011 propuesta por la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad del Gobierno de Cantabria.
El motivo de esta sorprendente unión hay que buscarlo, sobre todo, en el recorte de la campaña de caza de becada propuesto por este organismo. La propuesta, que con seguridad prosperará, impone el cierre de la temporada para los sorderos cántabros el 31 de enero, es decir, dos semanas antes de lo que ha venido siendo habitual hasta ahora. Esta medida tiene el rechazo unánime de los cazadores, representados en este consejo por la Federación Cántabra de Caza (FCC) y por diversas sociedades (Fomento, Val de San Vicente, San Vicente de la Barquera y Vizmaya).
Desde la Federación, a través de su presidente, Ignacio Valle, se indica que en la última reunión del Consejo «no hubo ninguna argumentación técnica concluyente por parte de los responsables de la Consejería, sólo recomendaciones del Comité Ornix, recomendaciones del estudio del IREC, estudio que solo lleva tres años, poco tiempo para sacar conclusiones y que es más bibliográfico que de campo». Valle pide además que los responsables de la Consejería «mantengan el cierre de la veda hasta el segundo domingo de febrero», porque «Cantabria es una autonomía con las competencias de caza transferidas y los 'administrados', en este caso los cazadores, queremos que se cierre el segundo domingo de febrero como así lo manifestaron los trescientos becaderos reunidos el sábado 20 de Febrero en Hoznayo».
La justificación
Esta petición se basa, según indica Valle, en aspectos como la reducción que ya se ha hecho de las jornadas de caza de esta especie (en torno al 42 por ciento), el establecimiento de un cupo o las restricciones existentes en buena parte de los acotados de la región. Por último, añade que «los abates de sordas que se puedan hacer en Cantabria durante el mes de febrero son insignificantes».
Esta petición se basa, según indica Valle, en aspectos como la reducción que ya se ha hecho de las jornadas de caza de esta especie (en torno al 42 por ciento), el establecimiento de un cupo o las restricciones existentes en buena parte de los acotados de la región. Por último, añade que «los abates de sordas que se puedan hacer en Cantabria durante el mes de febrero son insignificantes».
Aníbal Pérez, presidente de Fomento, tampoco está de acuerdo con el recorte de la campaña sordera en la región y añade que «el Consejo Regional de Caza es un instrumento utilizado por la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad como órgano consultivo de los cazadores a través de sus representantes, aunque más bien es un órgano de información, ya que no se suelen recoger las inquietudes o propuestas hechas por las sociedades o sus representantes». Tanto la Federación, como Fomento han presentado alegaciones, aunque lo han hecho con cierta desilusión, ya que ambos organismos consideran poco probable que puedan ser tenidas en cuenta. Es decir, todo el mundo cree que la temporada de caza de becadas en Cantabria acabará el 31 de enero.
Más desacuerdos
Además de lo relativo a la campaña sordera, hay otros aspectos de la Orden Anual de Caza propuesta que tampoco satisfacen a los aficionados. Por ejemplo, el relacionado con la confección de los calendarios de los cotos, cuya nueva propuesta es ahora mucho menos flexible de lo que desean los cazadores.
En Fomento solicitan que «los calendarios de los cotos puedan ser objeto de modificación. No es normal que un calendario presentado en el mes de julio para toda la temporada no se pueda modificar ni por causas climatológicas ó excepcionales». Por su parte, desde la Federación indica además se deberían poder modificar siempre que haya alguna causa justificada, ya que, en caso contrario, «se produce un agravio comparativo con la recuperación de batidas en la Reserva del Saja», cuyo calendario sí es posible modificar cuando una cacería no se puede celebrar por motivos justificados. La caza del corzo, en batida o en rececho, también es objeto de discrepancia entre cazadores y administración. En este sentido, en la sociedad de Fomento señalan que «las batidas de corzo, tanto machos como hembras deberían ser en septiembre y octubre para ambos sexos. El número de 4 días para la caza al rececho se debería ampliar si causas meteorológicas impiden su celebración y la comunicación de fechas con 72 horas de antelación debería ser para el día de celebración y no para todas las fechas». Sobre los recechos, la Federación cree que deben «realizarse todos los días de la semana», y, además, que «el número máximo de días disponibles para cada rececho será de 4 a 8 días».
La caza de la liebre, la paloma torcaz, la tórtola, por lo que respecta a la caza menor, o del venado, en lo relativo a la mayor, también genera oposición por parte de los cazadores cántabros ante la propuesta realizada por la administración regional.
Fuente: El diario Montanes
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