jueves, 18 de febrero de 2010

El mejor presidente de caza y pesca de España

Jesús Echeverría Martínez no concibe un domingo en temporada de caza sin su gorra, sus botas de monte y algunos de sus catorce perros merodeando a su alrededor. Este estellés de 57 años lleva desde los 14, cuando obtuvo el permiso y la licencia de armas, ligado a la cacería. Le ha dedicado muchas horas de su vida y 17 de estos años lo ha hecho al frente de la Sociedad de Cazadores y Pescadores Deportivos de Estella.

Su fuerte compromiso durante este tiempo, respaldado por una junta también muy implicada, le llevó a recoger en 1990 una placa de plata que le reconoció como el mejor presidente de España. La culpa: su inquietud de niño.

Fue entonces, a una edad muy temprana, sobre los 5 o 6 años, cuando conoció de cerca las primeras artimañas para capturar a una presa. Gorrión o trucha; dependía de la elección que aquel día tomaba su grupo de amigos. Solían juntarse tres o cuatro cuando terminaban sus clases en el colegio Nuestra Señora del Puy. Juanito Echegaray o Máximo Tobajas, ya difunto, eran algunos de los que compartieron con él numerosas tardes a la espera de que picara un pequeño ejemplar en la orilla del río Ega o que cayera un jilguero en el cepo en el entorno del corral de Zarapuz. "Quien pescaba se lo quedaba para él y lo llevaba a casa para comer, pero cuando cazábamos algún pajarillo enseguida lo ofrecíamos como mascota y sacábamos varias pesetas para ir después juntos al cine Pax a ver películas de indios", recuerda.

Así, casi a diario y año tras año hasta que se sacó la licencia, a los 14. Entonces se juntó con gente más experimentada, de la que aprendió, y enseguida empezó a salir al campo por su cuenta. "Iba a zonas libres: Barbarin, Los Arcos, Falces.hasta que un día me hice socio del club y ahí comenzó mi trabajo en la entidad". A los dos años, con 34, asumió la presidencia. "Raimundo Antoñanzas y su junta dimitieron y en el Círculo Católico se celebró una asamblea. Salió una candidatura, la nuestra, y empezamos a caminar". Adquirieron sede, en la calle La Corte, y llegaron a los 1.700 socios. "Mi objetivo principal era ofrecer acotados a los cazadores de Estella, que no tenían, pero después se engancharon unos proyectos con otros y la cosa se alargó", explica.

Un premio para todos
Se volcaron en el cuidado del medio ambiente y en el fomento de una actitud ecológica. Estos principios, según él, le llevaron en 1990 a recoger el premio en Madrid en compañía de su esposa, Mari Carmen Gómez López. "Vimos recompensado nuestro esfuerzo. A mí me lo comunicó Ignacio Ayestarán, presidente entonces de la Federación Navarra, pero mi reconocimiento personal lo sentí más como un homenaje a toda la junta. Trabajábamos mucho. Yo pasaba tres horas diarias en la sede y siempre con el móvil en abierto", asegura.

Aquel día de junio de 1990 sigue muy presente en la oficina del club. Allí está colgada la placa y Jesús Echeverría guarda también los artículos que reflejaron entonces el acto. Hace 6 años que salió de la junta, pero su afición permanece intacta. "Es un contacto con la naturaleza total de mucho más valor que el hecho de que caces o no algo. Ir con un numeroso grupo de perros y ver media docena de perdices volar o presenciar esa pelea de autodefensa es maravilloso". Y quiere seguir siendo testigo durante mucho más tiempo. "Si me quitaran la caza no sabría qué hacer. Para mí es fundamental". Tanto, que deja siempre sus vacaciones laborales para los meses de octubre y noviembre. "Pero del mismo modo que yo otra gente. Son muchos los que en octubre esperan en Navarra el paso de la paloma. Se cambian turnos en las empresas. mueve bastante", indica.

Su afición, única en su núcleo parental de niño, se la contagió a su hija mayor, Iranzu. "Tiene licencia de armas y alguna vez ha venido conmigo, pero no lo siente tanto como yo. A mí este temporal me está fastidiando. Cuando nieva me pongo negro al no poder salir con los cartuchos en los bolsillos".

Fuente: Diario de Navarra

1 comentario:

Txumari. dijo...

Hace muchos años cuando gestionaba yo nuestro coto, tuvimos una reunión con este señor, no recuerdo si representaba a la Federación o venía por parte de su zona Tierra Estella. Cordial y afable pero se le notaba por que se comunicó con nosotros, intentaba que acogiéramos gente federada sin coto en el nuestro, insistiendo en ello bastante. Pero la vaca da lo que da, y no da más.