domingo, 4 de octubre de 2009

Arranca el grueso de la campaña de caza con 7.000 licencias menos que en 2000

Con la temporada de caza en pleno apogeo durante los próximos cuatro meses -en noviembre se autorizará la captura de la perdiz, la liebre, el conejo y el faisán-, es hora de exponer el movimiento que las actividades cinegéticas generan en la Comunidad Foral, tierra que cuenta con 249 cotos, 960.521 hectáreas y donde se concedieron 23.741 licencias de caza durante 2008.

Esta cifra experimenta un notable descenso, sostenido en el tiempo si se examina una perspectiva temporal más larga, respecto a los números de cazadores que registraba Medio Am-biente en los últimos años.

Además, en Navarra se presentan cada año unos 400 aspirantes a obtener la licencia, que deben estudiar un manual preparatorio (su precio es de diez euros), asistir obligatoriamente a un curso de cuatro horas y aprobar un examen (las tasas son doce euros) relativo a la materia. Esta prueba congregó en mayo a 394 aficionados a la caza, de los que 200 sacaron adelante el examen. En términos porcentuales representan el 50,7% del total de examinados, un balance poco satisfactorio, ya que otras 194 personas no pudieron acceder a la licencia al estar suspendidos. Los porcentajes de aprobados -el de este año es el más bajo desde que se implantaron los exámenes para regular las licencias- han ido aminorándose con el paso del tiempo. Hace sólo un lustro aprobaba el 88%.

El examen para la obtención de la licencia tiene un carácter teórico práctico y consta de 30 preguntas sobre los aspectos legales de la caza, conocimiento de la fauna silvestre, métodos y seguridad, artes y medios de caza y su manejo. Se requiere contestar correctamente a 23 preguntas para poder aprobar.

En Navarra pueden obtener la licencia de caza los mayores de 14 años (los menores de edad necesitan una autorización escrita de la persona que los represente) que lo hayan solicitado y, como es lógico, resulta requisito imprescindible para la obtención del permiso no estar inhabilitado para el ejercicio de la caza ni tener pendiente el pago de ninguna sanción firme.

TRABAS "Las dificultades para el cazador son máximas, a veces está abandonado a su suerte", asegura José Ángel Remírez, presidente de la Federación Navarra de Caza, que agrupa a 5.000 licencias federativas, unas 250 sociedades y representa a un total de 18.000 cazadores. "El que obtiene una licencia nueva no recibe una formación adecuada y debe tener muchísimo interés para obtenerla. Y a ello hay que unir que es un deporte (Remírez habla todo el rato de la caza como actividad deportiva) que no es barato. Está totalmente discriminado y no se tiene mucho interés en darle valor a la caza por su actuación reguladora".

Además de destacar la inversión, que en caza menor puede fluctuar desde un gasto de 50 euros hasta los 1.000 euros, mientras que en una actividad normal de caza mayor la horquilla se amplía desde los 500 a los 3.000 euros, Remírez hace hincapié en los tabús contra los que tiene luchar su gremio". "Se ha creado una mala imagen en torno a la caza por parte del resto de la sociedad que obedece a su identificación con la muerte de animales. Pero la caza significa en realidad explotar, gestionar y regular. Si hoy no se estuviera abatiendo del orden de 7.000 jabalíes, los tendríamos por las calles", defiende.

Los cazadores nuevos que superan la prueba tienden a reponer las bajas que por edad y otras razones se producen en el colectivo, que en 2005 alcanzaba las 26.017 licencias como última gran cifra. Hace poco menos de una década, en el año 2000, las licencias expedidas desde Medio Ambiente sumaban un total de 31.000. Desde la Federación de Caza se atribuye el descenso a que "cada vez está todo más urbanizado, y eso provoca que sea más dificil entender el mundo de la caza. Además, ahora el ciudadano tiene muchas más opciones de ocio para elegir y la caza es un tanto sacrificado, no es muy compatible con salir por la noche", comenta el jefe federativo.

COTOS Y CAPTURAS
Durante la temporada 2009-2010 esta permitida en Navarra la caza de 21 especies de aves y hasta siete tipos distintos de mamíferos (liebre, conejo, zorro, jabalí, ciervo, gamo y corzo). Desde 1993 sólo es posible cazar en cotos, quedando totalmente prohibida por tanto la caza en terrenos libres y los cotos existentes en Navarra en los que se permite la caza son un total de 249, con casi un millón de hectáreas habilitadas. Las especies que concentran un mayor número de cazadores son el jabalí y el conejo. En cuanto a las piezas cobradas, durante 2008 se capturaron un total de 6.045 jabalíes, se abatieron 392 ciervos y 1.189 corzos.

En cuanto a la menor, en regresión por lo general, se cazaron 180.978 conejos, 24.510 palomas, 29.894 perdices rojas, 26.915 codornices, más de 13.000 becadas, 7.400 liebres y casi 2.500 zorros. Sin duda, unos números que hablan por sí sólos de la ingente actividad cinegética que se mueve en Navarra.

Al auge la caza mayor, en receso la menor
Según afirman desde la Brigada de Protección Medioambiental de la Policía Foral, la evolución en Navarra de las poblaciones de especies no es muy distinta a la que se refleja en el resto del Estado. "Se detecta un aumento de las especies de caza mayor mientras que hay una regresión de la menor, salvo un incremento de los conejos en la Ribera. Pero esta tónica se comparte a nivel nacional, donde el abandono de cultivos provoca un progreso de los animales relacionados con el mundo forestal. Ahora, por ejemplo, el jabalí y el corzo está implantado casi en toda Navarra cuando hace quince años sólo se hallaban en una zona muy reducida del norte". Por especies, los cazadores más expertos señalan que esta temporada parece que puede ser buena para la paloma torcaz, que va en aumento, al igual que el corzo y el jabalí. Sin embargo, hay otras especies como la liebre, que hay que cuidarla mucho para sostener su población, y la perdiz. Ambas se encuentran en un estado preocupante y con un número muy ajustado de ejemplares.

Fuente: Diario de Noticias

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