jueves, 24 de septiembre de 2009

Palomas y malvices, en el punto de mira

Los aficionados a la caza menor ya están mirando al cielo desde hace unos días esperando ver los indicios de lo que pueden ser unas jornadas de divertimento asegurado.

Y es que este mismo domingo y hasta el último domingo de noviembre se desarrollará la temporada cinegética para palomas migratorias y zorzales. Un poco más adelante, entre noviembre y enero, se ampliará la campaña para los puestos de zorzales de Rioja Alavesa.

Así que los cerca de 4.000 cazadores de la provincia que esperan todo el año a que llegue esta cita, ya están limpiando y dejando a punto sus escopetas para lanzarse al campo en busca de recompensa. No es de extrañar ya que los últimos años, aunque en ligero descenso, han resultado bastante buenos. Aunque todavía habrá que esperar algo hasta que aparezcan las bandadas más amplias. Será a mediados de octubre cuando se pueda ver a la mayoría de los cazadores en los montes. Ya se sabe aquello que dicen los antiguos de que entre El Pilar y Todos los Santos es tiempo para la caza de paloma.

TENDENCIAS
Durante esta época, los aficionados tratarán de ocupar alguno de los prácticamente 2.000 puestos habilitados para la caza de alguna de esta aves. Entre ellos, tres grupos distintos y con distinto peso entre las preferencias de los aficionados. Así las cosas, existen 1.430 puestos a vuelo de paloma en la provincia, mientras que los dedicados a la caza de malviz en Rioja Alavesa ascienden a 143. Estas dos clases de habitáculos están en plena expansión, favorecidos en parte por las últimas buenas campañas de caza de estas especies cinegéticas.

Por otro lado, los cazadores también pueden acceder a alguna de las 374 chozas de caza de paloma con cimbel -técnica que recurre a atar a estas aves por la pata a las ramas de los árboles para que atraigan a las salvajes-. Pero precisamente estas últimas son las que gozan de peor salud, ya que muchos cazadores prefieren no depender de este tipo de variante porque no saben dominar los cimbeles.

Los puestos están dispuestos a lo largo de la provincia en función de las condiciones orográficas y las migraciones habituales de estas especies. La caza de la malviz se reduce a Rioja Alavesa, y la de las chozas de cimbel, a la comarca de la Montaña Alavesa y parte oriental de la Llanada. El resto, los puestos de caza al vuelo, están en las principales cordilleras del territorio -Badaia, Arkamo, Montes de Vitoria, Sierras de Elguea-Altzaina, Sierra de Bóveda-Valdegovía, Urkiola y Gorbea, entre otros-.

Pero aun así, la buena localización de estos lugares no garantiza una campaña afortunada. Y es que son varios los factores que influyen, como el viento que afecta a la altitud de vuelo, la presión cazadora sufrida hasta llegar aquí o la alteración de comportamiento de los grupos de estas especies. "Uno de los problemas es el cambio de las rutas migratorias tradicionales hacia el oeste, y el cambio en los comportamientos naturales migratorios pues ahora pasan las palomas en pocos días y a gran altura, lo que imposibilita el tiro. Antes pasaban pequeños bandos durante toda la temporada. Quizá el aumento de la presión de caza desde el norte de Europa hasta Extremadura haya hecho cambiar los patrones naturales de estas aves. Hay quien habla del cambio de los vientos favorables, como causa, también, de estos cambios", explica Florencio Markina, técnico de la Asociación de Cotos de Caza de Álava (ACCA).

Fuente: DIARIO DE NOTICIAS

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